Intervenir, lo entendemos aquí como la acción de "Tomar parte en un asunto", en el mismo sentido en el que a un sistema cerrado se le introduce una nueva variable
Preferimos hablar de asenso y no de consenso, ya que el consenso se basa en que una parte consiente la decisión de otra parte, a pesar de no estar de acuerdo, mientras que en el asenso las dos partes admiten un acuerdo mutuo como beneficioso
En la medida en que estás mostrando algo creado, aprendido, construido, estás cerrando una puerta al aprendizaje, a la construcción, a la proposición, "in-signando" de este modo los contenidos, sin que haya opción de "apre(he)nderlos" (Ibáñez,1985:300)
El proceso de deconstrucción debe ser lento y paulatino ya que puede resultar muy conflictivo y doloroso, si no se camina con el debido cuidado. De igual modo es importante asimilar que aunque no haya una fase posterior de ordenamiento y reconstrucción de conceptos, la deconstrucción es en sí una forma de proposición, una manera de ver la vida y recorrerla
n el momento que decidimos intervenir partimos de nuestros sistemas lógicos y lingüísticos sociales y culturales, a la vez que portamos una ideología (traducida en términos de objetivos, de intencionalidad). Desde este punto de partida, que no puede pretender ser neutral ni objetivo, tratamos de armar una metodología que nos permita contener el máximo de intereses de las partes implicadas. Intereses, traducidos en necesidades palpables y específicas, que habrá que ir descubriendo a través de la propia metodología.
Pensamos que es mediante el uso de la pregunta, la escucha y el diálogo como se puede llegar a un asenso, en el que todas las partes admitan un encuentro de beneficios mutuos. La planificación de las intervenciones debe ser por tanto abierta, flexible y susceptible de todo cambio, permitiendo de este modo que no sea algo exclusivo de las personas que planifican.
En nuestras intervenciones, tratamos de recrear un contexto donde impere la construcción colectiva del conocimiento, donde el propio grupo sea protagonista del proceso, en donde las jerarquías tiendan a una dimensión horizontal, y que por lo tanto las relaciones de poder sean de "baja intensidad" y multidireccionales. Para lograr que esto ocurra, muchos de nuestros esfuerzos irán encaminados a desligarnos del papel de "profesionales poseedores del conocimiento" que el propio grupo nos impone, sin a la vez perder legitimidad dentro del proceso. Este ejercicio es fundamental y a la vez dificultoso; la experiencia nos dice que tan solo desde los intercambios de confianza, (producidos a través de dinámicas de grupo), nos es posible romper esos roles donde la estructura nos sitúa. Lo académico frente a lo no académico, el uso "culto" del lenguaje frente al uso "llano", etc. Son ejemplos de dicotomías que nos sitúan en relación a las otras personas del grupo en una posición superior o inferior de partida en nuestra interacción. Para sortear este obstáculo que se nos presenta, trabajamos principalmente desde lo relacional, como auténticas dinamos de movimiento.
No pretendemos enseñar un contenido, sino mostrar una persona, una forma de ser y de hacer. Por medio de este proceso los contenidos quedan inmersos, implícitos y ocultos en nuestra dimensión relacional y lo referencial (o dimensión conceptual) pasa a ser parte del grupo, produciéndose así un juego de aprendizaje-aprendizaje y nunca de enseñanza-aprendizaje, ya que pensamos que aprender es una actividad, mientras que enseñar es propagar una pasividad (Ibáñez 1985:300).
Tratamos de abordar nuestras intervenciones más allá de la lógica del aprender a aprender, (o preguntar a la respuesta), intentando operar en otra dimensión que responde más a la lógica de aprender a aprender a aprender, (o preguntar a la pregunta). Es un intento de ir más allá en los procesos de deconstrucción del conocimiento, posicionándonos en lugares extraños, ajenos, desde donde divisar nuevos posibles esquemas. Para llegar a operar dentro de esta dimensión, protagonizada por la pregunta, utilizamos técnicas de creatividad, y enfatizamos la búsqueda de preguntas llave, que nos abran nuevas puertas hacia posiciones donde nunca antes estuvimos.
Sabemos que potenciar un cuestionamiento de la realidad mediante la pregunta a la pregunta, implica deconstruir casi todos los esquemas estables en los que nos apoyamos, pero creemos que es la única forma de acelerar un proceso de cambio inmediato; un proceso que nos permita la fuga imaginaria del sistema donde estamos inmersas e inmersos; un ejercicio de abstracción y creatividad que nos permita deconstruir y construir nuevos paradigmas, nuevas estrategias de cambio.
Una de las concreciones de nuestra propuesta metodológica será operar a partir de la distinción de tres momentos o fases:
Fase de Sensibilización. Tratamos de definir un punto de partida en el recorrido. Se persigue poner sobre la mesa, experiencias personales en relación a los contenidos o actitudes que se vayan a trabajar, de una forma vivencial, dinámica, de manera que se entrelacen los discursos y las prácticas. De tal modo que nos veamos tanto en el orden del decir como en el hacer, superando así los discursos políticamente correctos (lo que se dice), y dejando entrever las diferentes realidades (lo que se hace, se siente, o se piensa).
Fase de Deconstrucción. Nos cuestionaremos todo aquello que se ha hecho visible en la fase de sensibilización. La deconstrucción no es más que un proceso semejante a un interrogatorio; consiste en hacer determinadas preguntas a todo aquello que se ha hecho visible en la primera fase,con la intención de abrir nuevas puertas, no exploradas todavía. Para ello será importante hilar fino, deberemos utilizar técnicas creativas que nos sitúen en posiciones de extrañamiento ante lo que nos parecía "normal".
Fase Propositiva. Consiste en re-plantear, re-enunciar los conceptos o ideas que hemos desarmado mediante la deconstrucción, proponiendo de esta forma nuevas teorías y prácticas. Es una fase de producción de conocimiento y de estrategias prácticas, fruto de la reflexión previa realizada en las dos fases anteriores.